Nunca me verás huyendo,
pero debo ser honesto,
aunque hoy le rezo a Dios,
entre llamas y calor
mi alma va sobreviviendo
a duras penas con dolor.
Sentimiento de tierra maldita,
en cada paso que voy dando
el corazón se debilita,
nuevamente pido a Dios
que proteja a mi familia,
dame fuerzas por favor
pa’ superar el mal humor,
para encontrar en ti el coraje
y vistiéndome de oscuro traje,
pueda enterrar tanto dolor.
Hombre de oficio
y negra raza,
profesional sin profesión
también indigno entre la casta,
sin estudios,
educado con detalles
de mi madre y en mi casa,
graduado con honores
y egresado de la calle.
Se trabaja hasta el cansancio,
pero nunca es suficiente,
por la noche a ti te encuentro
niña joven y sonriente,
hija mía no hay descanso,
son tus ojos inocentes,
los que fortalecen a este loco
(a veces manso),
a pelear el día a día,
aunque todo sea un calvario.
Día a día estoy en guerra,
ellos tratan de quebrarme,
mi vida, fugaz como una estrella
y por ti debo rebelarme,
en ti encuentro fortaleza,
no dejo de preguntarme,
¿es que acaso fue un pecado
haber nacido en Venezuela?
Aunque me trate como perra
no claudico ante el sadismo,
en estas horas oscuras
sólo maldigo al Chavismo,
aunque ya nadie lo espera
estoy lleno de esperanza,
estoy lleno de certeza,
y más temprano que tarde
acabaré toda esta guerra.